miércoles, 21 de enero de 2009

Descubren el ultmo trabajo de Beethoven




Un musicólogo Australiano descubrió lo que se cree que es el último trabajo de piano escrito por Ludwig Van Beethoven mientras estudiaba el último libro de ensayos del compositor. Peter McCallam, profesor de musicología asociado a la Universidad de Sydney, encontró los 32 compases de una notación musical manuscrita mientras miraba en el libro de ensayos en la Librería Estatal de Berlín. La mayoría de los libros de ensayo de Beethoven fueron estudiados en detalle pero el último atrajo menos la atención.
McCallum le dijo a Reuters que no supo instantáneamente que era una pieza de piano porque Beethoven solía utilizar una especie caótica de taquigrafía. “Los libros de ensayo son fuentes muy buenas pero son muy difíciles de leer y hay que saberlos descifrar, pero se puede trabajar sobre el si lo mira lo suficiente”, añadió.
“Utiliza una clave de firma que nos da una pista, por lo que tienes que averiguar”. McCallum dijo que cree que la pieza fue escrita en Octubre de 1826, unos meses antes de que Beethoven muera en Marzo de 1827. Dijo que la pieza era un poco melancólica pero “preferentemente encantadora y muy sencilla. También tiene una buena calidad y no es difícil de tocar por lo que es buena para los niños pequeños”. Tiene algunas características armónicas inusuales que no asociamos normalmente con Beethoven”, añadió. Stephanie, la esposa pianista de McCallum, utilizó la transcripción de su marido para hacer la primera grabación de la pieza -Bagatelle en Fa menor- la cual dura 54 segundos.
McCallum dijo que cree que la pieza, aunque es breve, está completa. “No termina en la mitad de una oración por así decirlo, pero sospecho que si Beethoven la hubiese presentado, hubiese agregado más cosas porque no es muy larga”, agregó.

domingo, 18 de enero de 2009

Sonatas by Anton Kuerti 2006



Peliculas Sobre Ludwing Van Beethoven

Copying Beethoven

Copying Beethoven es un película dirigida por Agnieszka Holland basada en una ficción dramática centrada de los últimos años de la vida creativa del compositor Ludwig van Beethoven. La directora se toma varias licencias históricas en aras de mejorar el interés dramático de la película.

Reparto [editar]
Diane Kruger – Anna Holtz
Ed Harris – Ludwig van Beethoven
Matthew Goode – Martin Bauer
Phyllida Law – Mother Canisius
Ralph Riach – Wenzel Schlemmer
Argumento [editar]
Es 1824, Beethoven (Ed Harris) está terminando su Novena Sinfonía bajo la presión de su inmediato estreno y con los problemas que le ocasiona su sordera.
Un personaje de ficción es introducido en la película en la forma de Anna Holtz (Diane Kruger), estudiante aventajada del conservatorio de música de 23 años y aspirante a compositora con pocos medios, que intenta encontrar inspiración y prosperar en la capital mundial de la música, Viena.
El compositor contrata a Anna Holtz como copista, pero con algunas reservas, ya que es una mujer en un mundo tradicionalmente reservado a los hombres. Ella demostrará sus grandes dotes en el mundo de la música y dejará perplejo al propio Beethoven.
Licencias históricas [editar]
La película se retrotrae al año 1824 durante la composición de la Novena Sinfonía de Beethoven. A lo largo de la película se muestra a Beethoven como muy duro de oído, pero todavía capaz de entender una conversación en voz alta con una persona o el sonido de un piano de cerca. En realidad, Beethoven se quedó totalmente sordo siete años antes (1817). La Novena Sinfonía se compuso cuando el compositor ya era completamente sordo.
El trabajo de copia del manuscrito de la partitura fue debido en realidad a dos copistas [1], ambos varones, y no a una mujer como se muestra en la película.
Ninguno de los copistas contribuyó ni alteró en forma alguna la partitura original de Beethoven. De hecho, éste les amonestaba por cualquier desviación que se produjera con respecto de la partitura manuscrita original, por pequeña que fuera.
En la película, Beethoven hace una alusión a su sonata Claro de Luna. Se trata de un anacronismo, ya que su Sonata número 14, Opus 27 número 2, no fue denominada Claro de Luna hasta varios años después de la muerte del compositor.
Parte de la película se centra en la insistencia de Beethoven en dirigir su Novena Sinfonía en su estreno y se muestra a Beethoven dirigiéndola. Aunque este es un tema controvertido debido a su sordera, parece que Beethoven estuvo presente en el podio del director, aunque tal vez no dirigiendo personalmente. Varios detalles del estreno están representados tal y como ocurrieron en la realidad, como el hecho de que le giraron hacia la audiencia para que viera el aplauso. [2][3][4]
En realidad, la última aparición de Beethoven como ejecutante tuvo lugar una década antes, en 1811 (Concierto para piano número 5 "Emperador").
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Trailer de la pelicula:



Immortal Beloved

Immortal Beloved (en Argentina: Amada inmortal, en España: Amor inmortal en Mexico: Mi Amada Inmortal) es una película dirigida por Bernard Rose basada libremente en la vida del compositor alemán Ludwig Van Beethoven.
Argumento [editar]
Tras la muerte de Beethoven, en 1827, se encontraron entre sus papeles tres cartas de amor escritas un mismo día (por la mañana, tarde y noche), a una mujer de la que no se indicaba su nombre, y a la que el compositor se dirigía como "Mi amada inmortal": la primera comenzaba con las palabras "Mi ángel, mi todo, mi yo: sólo unas pocas palabras escritas a lápiz..." Parece que nunca fue enviada, aunque también podría tratarse de una copia. Aunque no se indica la fecha, por la indicación de estar escrita "un lunes 6 de julio" los historiadores dan la fecha de 1812 como más probable. La película se centra en la búsqueda de Anton Felix Schindler por la única heredera de Beethoven, a quien según el argumento deja la posesión de todos sus bienes, sin embargo la búsqueda no es fácil, ya que no hay pista alguna de quién es en realidad la persona en cuestión, así que pese a la presión del hermano de Beethoven Johann Van Beethoven, Schindler se desplaza hasta el Hotel Carisbad, en donde se supone Beethoven se encontró con su "amada", tras una entrevista con la encargada del hotel, esta describe a Schindler el momento en que Beethoven y una misteriosa mujer llegaron al Hotel mucho tiempo atrás, siguiendo la pista de la ilegible firma de la misteriosa mujer en un libro de registro, Schindler decide visitar a cada una de las más conocidas amistades femeninas de Beethoven, empezando por Giuletta Giucciardi, quien en un principio afirma ser ella la única, a quien Beethoven llegó a amar en verdad, mediante recuerdos, "flashbacks", se muestra la interpretación de Gary Oldman del célebre compositor dramatizando lo que se describe a Schindler, sin embargo al no reconocer la firma, Schindler se desplaza para visitar a la condesa Anne-Marie Erdody, quien entra en más detalles sobre su encuentro con Beethoven, a lo que Schindler corresponde con su propia experiencia respecto de su relación con Beethoven, esta parte es la mayoría de la película, y la que más retrata una interpretación respecto al argumento, sin embargo Schindler es informado por la condesa de que su búsqueda está por finalizar, ya que quien en realidad era la amada inmortal de Beethoven, era su propia cuñada política Joanna Van Beethoven (mejor conocida por su nombre de soltera: Joanna Reiss). Al llegar al encuentro con ella y Schindler, Anna describe que en realidad ella dio a luz al hijo de Ludwig Van Beethoven y no de su hermano Caspar Karl Van Beethoven, al saber esto Schindler termina su búsqueda informando a Anna sobre los deseos de Ludwig, para finalizar visitando la tumba del célebre maestro.
Críticas [editar]
La película tiene una linea argumental y descriptiva similar al filme "Citizen Kane", ya que también comienza con la muerte del protagonista igual que en el clásico de Orson Wells, además de desentrañar un misterio a la largo de ella, mediante recuerdos de conocidos que le sobrevivieron, por esto y el hecho de que no esta muy bien ligada a la realidad en la vida de Beethoven, las opiniones se han visto muy divididas, muchos la toman como un intento de emular el éxito de la película Amadeus, además de que algunos admiradores de Beethoven se han visto ofendidos, y para otros no es un trabajo que requiera mucha apreciación si no se es admirador de la música romántica clásica y del maestro compositor Ludwig Van Beethoven.
Mitos y realidades [editar]
El trabajo de Bernard Rose es un trabajo bien hecho, ya que la fotografia y la direccion son excepcionalmete bien logradas, sin embargo no es un referente historico sino una adaptacion libre de la vida del gran compositor, eh aqui algunas de las libertades al respecto:
Schindler fue despedido por Beethoven mucho antes de morir, aunque sí asistió al funeral, no fue el quien dio el epitafio en su entierro, además se le describe como una persona buena y compasiva, cuando en realidad era una persona oportunista quien se adjudico mucho respecto al trabajo de Beethoven, además actuaba de manera obsesiva y hostil con los conocidos de Beethoven y destruyo muchos de los escritos que según él, perjudicarían la imagen del compositor, sin embargo el fue el primer biografo reconocido de Beethoven, pero su trabajo está lleno de pretensiones hacia el mismo.
Se dice que Beethoven pudo haberse referido al hotel Karisbad en Viena, ya que una vez escribió sobre un lugar llamado simplemente "K", sin embargo Beethoven nunca visitó este hotel.
Giuletta Giucciardi se retrata como una inocente burguesa admiradora de Beethoven, a quien Ludwig pretendió desde el momento que la vio, sin embargo a Beethoven se le confió la educación musical de ella, aun cuando ella no lo conocía muy bien ni a su trabajo, pues ella tenía 16 años y Beethoven alrededor de 30, lo que también hace inconsistente la edad de Giuccardi quien es interpretada por la actriz Valeria Golino de entonces 28 años. La sonata "Claro de luna" (Quasi una fantasía), fue dedicada a Giuccardi, pero fue ella quien lo rechazó por su posición social, y no al revés, lo que llevo a Ludwig a una gran depresion.
Con respecto a las primas de Giucciardi, sus nombres Josephine y Therese, hacen referencia a las hermanas Von Brunsvik hijas de una patrona de Ludwig: Anna Von Brunsvik, de quienes tambien se le encargo su educacion musical, al mismo tiempo que a su prima, asi pues ellas debieron ser adolecentes y no adultas como en la pelicula, pero ludwig se fijo mas en su prima Giuletta, se dice que pretendio a Therese, sin embargo tambien fue rechazado por la misma razon.
Beethoven nunca tocó su Concierto "Emperador", ya que su sordera no se lo permitió, pero se arriesgó a dirigir su Séptima Sinfonía, de lo que se dice, no le fue tan mal.
Marie Erdödy tiene mucho protagonismo en la película, sin embargo se sabe muy poco respecto a ella, pero se sabe que fue patrona de Beethoven, a quien contrató para entretener a sus invitados, y a quien conoció por medio de su fama, pero no vivieron juntos y probablemete no se relacionaron amorosamente.
Beethoven al igual que toda Viena sufrio los ataques con cañones de Napoleon en la ciudad, sin embargo el hecho de cambiar la dedicatoria a la sinfonia Eroica, ocurrio varios años antes.
En la película se dice que Beethoven obsequia la composición "Para Elisa" a su sobrino Karl de niño, pero nunca dio la partitura a nadie, esta fue hallada despues de su muerte.
Karl menciona a Schindler el tema del cuarto movimiento de la Novena Sinfonía (Oda a la Alegría), pero cuando Karl trató de suicidarse, Beethoven ya había estrenado la 9a mucho antes de que Karl llegara a este punto extremo de depresión.
Cuando Schindler describe el momento en que conoce a Ludwig, este se ve representado como en el retrato de Joseph Karl Stieler, pero habla sobre el estreno de la sonata "Kreutzer", en el retrato de Stieler Beethoven tenía 50 años, y cuando estrenó la sonata tenía 31; además se dice que fueron Ignaz Schuppanzig y George Bridgetower quienes la estrenaron y la estaban ensayando, la verdad es que fue el mismo Ludwig, que aún podía escuchar, quien la estrenó junto a Bridgetower, además no hubo tiempo de ensayarla, lo que puso en alto el virtuosismo de Bridgetower; además se menciona que Bridgetower era de África, cuando en realidad era polaco a pesar de ser mulato. A Schindler, Beethoven lo conoció mucho después.
Se dice que cuando niño Beethoven decepcionó a un público al romper las cuerdas de un clavecín, esto nunca ocurrió, ya que el pequeño Beethoven siempre salió avante en sus presentaciones, sin embargo ni así se salvó del abuso de su padre, quien lo golpeaba arbitrariamente.
Se describe como si poco después del estreno de la 9a sinfonía Beethoven hubiese caido en cama y muerto, pero sin embargo pasarían 3 años para que esto pasara.
No fue Schuppanzig quien volteó la mirada del ensordecido Beethoven para recibir una ovación luego de subir al estrado en el estreno de la 9ª sinfonia, sino una de las soprano del coro Caroline Unger.
Ludwig no murió solo en un cuarto oscuro como lo representan al principio, estaba acompañado al momento de su deceso.
Quizás el mayor error fue el suponer que Ludwig estaba enamorado de su cuñada Johanna, ya que siempre la consideró enemiga, además de llamarla "La reina de la noche"(personaje malvado de la obra La flauta magica de Mozart) o "Frau B" (Señora Beethoven), debido a la fama que la precedía, ya que al parecer tenía una vida sexual muy activa al momento de juntarse con su hermano Kaspar, esta teoría se crea debido a la misma Johanna, quien, cansada de los ataques de Ludwig, comentó que Ludwig tal vez la amaba, a lo que Ludwig respondió duramente en contra, además de que los tres hermanos Van Beethoven nacieron con cierta incapacidad genética para tener hijos, por lo que es prácticamente seguro que su sobrino Karl fuese producto de otro amorío de Johanna, ya que aunque no se conserva ninguna imagen de Caspar Karl Van Beethoven, se dice que no se parecía a su hijo, ademas en una escena los tres hermanos estan hablando de Johanna mientras la espian, y los tres son adultos, sin embargo dificilmente Ludwig habria hecho algo asi y los hermanos no solian estar juntos, debido al mal caracter de Ludwig.
Obtenido de "http://es.wikipedia.org/wiki/Immortal_Beloved"

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Pass para Descomprimir: AlvMor

Trailer:



Otras Peliculas:

Comienzan sus representaciones en 1909 con una película muda del escritor/director francés Victorin-Hippolyte Jasset que se titulaba Beethoven y que estaba protagonizada por Harry Baur.[8]
La siguiente película sobre el compositor fue alemana y fue realizada en 1927, su director fue Hans Otto Löwenstein y el nombre de la película fue Das Leben des Beethoven.[9]
El escritor/director francés Abel Gance realizó en 1936 otra película del compositor, Un grand amour de Beethoven[10] en la que fue Harry Baur otra vez quien actuó como el compositor.
En 1985 apareció Le Neveu de Beethoven.
En 1992 una película para la televisión, Beethoven Lives Upstairs[11] fue la ganadora del premio Emmy.

Otras películas donde se refieren a Beethoven:
1)La Naranja Mecanica
2) Baby Aisten

viernes, 16 de enero de 2009

Interpretaciones por Arturo Toscanini

Arturo Toscanini - Beethoven Symphonies - NBC Symphony Orchestra - n° 1 & 3

01. Beethoven Sym1 C-dur op.21 1. Adagio molto - allegro con brio 02. Beethoven Sym1 C-dur op.21 2. Andante cantabile con moto 03. Beethoven Sym1 C-dur op.21 3. Menuetto allegro molto e vivace 04. Beethoven Sym1 C-dur op.21 3. Menuetto allegro molto e vivace 05. Beethoven Sym1 C-dur op.21 3. Menuetto allegro molto e vivace 06. Beethoven Sym3 Es-dur op.55 Eroica 2. Marcia funebre adagio assai 07. Beethoven Sym3 Es-dur op.55 Eroica 3. Scherzo allegro vivace - trio 08. Beethoven Sym3 Es-dur op.55 Eroica 4. Finale allegro molto - poco andante - presto

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Arturo Toscanini - Beethoven Symphonies - NBC Symphony Orchestra - n° 2 & 4 01. Beethoven Sym2 D-dur op.36 1. Adagio - allegro con brio 02. Beethoven Sym2 D-dur op.36 2. Larghetto 03. Beethoven Sym2 D-dur op.36 3. Scherzo allegro 04. Beethoven Sym2 D-dur op.36 3. Scherzo allegro 05. Beethoven Sym2 D-dur op.36 3. Scherzo allegro 06. Beethoven Sym4 B-dur op.60 2. Adagio 07. Beethoven Sym4 B-dur op.60 3. Menuetto allegro vivace - trio un poco meno allegro - tempo 1 08. Beethoven Sym4 B-dur op.60 4. Allegro manonoppo
09. Beethoven Leonore Ouverture op.72b http://rapidshare.com/files/163358408/2et4wolfietosca.part1.rar http://rapidshare.com/files/163359774/2et4wolfietosca.part2.rar Arturo Toscanini -

Beethoven Symphonies - NBC Symphony Orchestra - n° 6 & 5
01. Beethoven Sym6 F-dur op.68 Pastorale 1. Allegro ma non troppo - Erwachen heiterer Empfindungen bei der Ankunft auf dem Lande 02. Beethoven Sym6 F-dur op.68 Pastorale 2. Andante molto mosso - Szene am Bach 03. Beethoven Sym6 F-dur op.68 Pastorale 3. Allegro - Lustiges Zusammensein der Landleute - attacca 04. Beethoven Sym6 F-dur op.68 Pastorale 4. Allegro - Gewitter - Sturm - attacca 05. Beethoven Sym6 F-dur op.68 Pastorale 5. Allegretto - Hirtengesang. Frohe und dankbare Gefühle nach dem Sturm 06. Beethoven Sym5 c-moll op.67 1. Allegro con brio 07. Beethoven Sym5 c-moll op.67 2. Andante con moto 08. Beethoven Sym5 c-moll op.67 3. Allegro - attacca 09. Beethoven Sym5 c-moll op.67 4. Allegro - presto

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Arturo Toscanini - Beethoven Symphonies - NBC Symphony Orchestra - n° 7 & 8 01. Egmont ouverture op.84 02. Sinfonie Nr.7 A-dur, op.92 _ Poco sostenuto - Vivace 03. Sinfonie Nr.7 A-dur, op.92 _ Allegretto 04. Sinfonie Nr.7 A-dur, op.92 _ PrestoSinfonie Nr.7 A-dur, op.92 _ Presto 05. Sinfonie Nr.7 A-dur, op.92 _ Allegro con brio 06. Leonore ouverture Nr.1 op.138 07. Sinfonie Nr.8 F-dur, op.93 _ Allegro vivace e con brio 08. Sinfonie Nr.8 F-dur, op.93 _ Allegretto scherzando 09. Sinfonie Nr.8 F-dur, op.93 _ Tempo di Menuetto 10. Sinfonie Nr.8 F-dur, op.93 _ Allegro vivace

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Arturo Toscanini - Beethoven Symphonies - NBC Symphony Orchestra - n° 9 01. Beethoven Leonore Overture op,72a 02. Beethoven Sym9 d-moll op.125 Choral 1. Allegro ma non troppo e un poco maestoso 03. Beethoven Sym9 d-moll op.125 Choral 2. Molto vivace - presto - molto vivace - presto 04. Beethoven Sym9 d-moll op.125 Choral 3. Adagio molto e cantabile - andante moderato - tempo I - andante moderato - tempo L - stesso tempo 05. Beethoven Sym9 d-moll op.125 Choral 4. Presto - retitativo - allegro assai - alla marcia allegro assai vivace
Total Size: 852,70MB

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jueves, 15 de enero de 2009

Aguas Mortales

Beethoven: la cataplasma asesina

Intoxicación con plomo. Ese es el dictamen parcial que el médico forense vienés Christian Reiter hizo 180 años después de la muerte del músico alemán Ludwig van Beethoven (16 de diciembre de 1770 -26 de marzo de 1827).Ya se sospechaba que el autor de piezas musicales de altos quilates como la Novena Sinfonía había muerto por una intoxicación con ese metal pesado. Sin embargo, se creía que el plomo procedía de un río de cuyas aguas bebió y a las que se atribuían propiedades curativas.Pero Reiter y expertos de la Universidad de Edafología de Viena, sospechan que el agente tóxico tuvo un origen hasta ahora insospechado: cataplasmas cicatrizantes que eran aplicadas por su médico en una incisión abierta en el abdomen para retirar fluido, mal que lo aquejó en los últimos años de su vida.
«Al almuerzo comía únicamente huevos pasados por agua, pero después bebía más vino, y así a menudo padecía diarrea, de modo que se le agrandó cada vez más el vientre, y durante mucho tiempo lo llevó vendado», escribió su hermano Nikolaus en sus memorias.El Maestro sufría edemas en los pies, sed continua y dolores abdominales. Su apetito era cada vez menor. Meses antes de su muerte, se puso tan mal por un viaje apresurado a Viena que solo la intervención de su médico, Andreas Wawruch, lo salvó en ese momento.Aunque la salud de Beethoven estaba muy quebrantada y sus amigos veían que la muerte estaba más cercana cada día, nadie podía adivinar lo que apresuraba su final.
Remedio mortalReiter echó mano a la más moderna tecnología forense para determinar cuáles fueron las causas reales de la muerte de Beethoven. Sometió a un análisis detallado el cabello del compositor y muestras de sus huesos.
El estudio reveló altas concentraciones de plomo. Aún el científico tiene que comprobar sus resultados, y espera que las pruebas finales estén listas en un plazo de uno o dos años.Lo que sí determinó el forense es que la toxicidad comenzó 111 días antes del deceso del autor de la no menos famosa Quinta Sinfonía. En ese período Wawruch inició el tratamiento de una grave neumonía, y escribió en su diario que lo trató con sales que contenían plomo.Para tratar su edema abdominal, el galeno preparaba una crema que también tenía ese metal con la que taponaba el agujero que hacía en su estómago para retirar el líquido.¿Es culpable Wawruch de homicidio? De ninguna manera, afirma Reiter. El médico procedió de forma correcta y utilizó los recursos disponibles para aliviar el malestar de su paciente.Lo que no podía sospechar era que aparte de los edemas, Beethoven padecía cirrosis hepática, algo que se conoció tras una autopsia practicada el 26 de marzo de 1827, un día después de su muerte.«Aunque ya se sabía de la toxicidad del plomo, las dosis contenidas en el bálsamo del tratamiento no eran tan venenosas como para matar a una persona sana. Pero evidentemente, no sabía que su tratamiento atacaba a un hígado ya enfermo y lo destruía», escribió Reiter en la revista Beethoven Journal.La cirrosis del músico estaba favorecida por el consumo de alcohol, pese a que el forense descartó que abusara de él. La enfermedad hepática se debió a que su hígado había quedado debilitado.Tal vez sin la neumonía y las curas el sin par compositor alemán hubiera vivido unos años más.El estudio vienés no es el primero que arroja luz sobre el deceso del gran músico. En el 2000, científicos del Centro de Estudios sobre Beethoven en Phoenix, Arizona, Estados Unidos, encontraron niveles de plomo 100 veces superiores a los normales en análisis genéticos y de rayos X realizados a sus cabellos.Pero en aquella ocasión no pudo determinarse el origen del agente tóxico que puso la última nota a su vida. Si se confirma que las cataplasmas fueron sus lentas asesinas, entonces podrá cerrarse el último capítulo con la frase, «Plaudite amici, comedia finita est».

Fuente: http://www.almamater.cu/sitio%20nuevo/sitio%20viejo/webalmamater/2008/ciencia/febrero/bethoven.html

Historia de una sinfonia (documental)











martes, 13 de enero de 2009

Obras





Obras


En su prolífica trayectoria musical, Beethoven dejó para la posteridad un importante legado: nueve sinfonías, una ópera, dos misas, tres cantatas, treinta y dos sonatas para piano, cinco conciertos para piano, un concierto para violín, un triple concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, dieciséis cuartetos de cuerda, una gran fuga para cuarteto de cuerdas, diez sonatas para violín y piano, cinco sonatas para violonchelo y piano e innumerables oberturas, obras de cámara, series de variaciones, arreglos de canciones populares y bagatelas para piano.

Sinfonías
Beethoven proyectó siempre la composición de sinfonías en pareja.[cita requerida]

Primera y Segunda sinfonías
Beethoven había cumplido los 30 años de edad cuando presentó su Primera Sinfonía (Op. 21), fascinando a sus contemporáneos por su frescura y originalidad. Mucho se ha hablado de su original inicio, pues la obra arranca con un acorde distinto a la tonalidad principal de do mayor. En todo caso, ésta era una de las rúbricas del viejo Haydn. En 1803 da a conocer la Segunda Sinfonía en re mayor (Op. 36), cuya alegría contrasta con la tristeza que vivía el autor. La influencia haydniana se deja sentir en estas composiciones de juventud.



(Sinfonia 1)





(sinfonia 2)


Eroica (Tercera) y Cuarta sinfonías
Dos años más tarde, Beethoven rompe todos los moldes clásicos con su Tercera Sinfonía en mi bemol mayor (Op. 55). Esta sinfonía contiene una de las anécdotas más interesantes de su vida: admirador de Napoleón, el músico de Bonn le consideraba un liberador de los privilegios de las coronas europeas, por lo que fue bautizada originalmente "Bonaparte". Sin embargo, al enterarse de la coronación de Napoleón como Emperador, Beethoven tachó el encabezado y lo cambió por el nombre definitivo: Sinfonia eroica, composta per festeggiare il sovvenire d'un grand'uomo (Sinfonía Heroica, compuesta para festejar el recuerdo de un gran hombre). Esta sinfonía dura dos veces más que cualquier otra de la época, la orquesta es más grande y los sonidos son claramente anunciadores del Romanticismo. La obra se compone de un primer movimiento (Allegro con brío) de una duración aproximada de 20 minutos: hasta esa fecha no se había compuesto un movimiento sinfónico tan extenso. Del II movimiento, una "Marcha fúnebre" (Adagio assai), se ha dicho que al enterarse de la muerte de Napoleón, Beethoven comentó "Yo ya escribí música para este triste hecho". El III movimiento es un agitado Scherzo (Allegro vivace), en el que se recrea una escena de caza; destaca el uso de las trompas. El Finale (Allegro molto) evoca una escena de danza y es apoteósico, con una gran exigencia de virtuosismo para la orquesta.
La siguiente sinfonía es muy diferente. La Cuarta Sinfonía en si bemol mayor (Op. 60), 1806 recupera la frescura de sus dos primeras composiciones sinfónicas. En el IV movimiento se muestra una de las características del genio de Bonn: el virtuosismo que demanda de los intérpretes. El Finale de la Cuarta es muy exigente para el fagot. Esta sinfonía ha sido, según algunos críticos, injustamente relegada al lado de sus excepcionales antecesora y sucesora: "La grácil criatura griega en medio de dos gigantes germánicos".





Quinta y Sexta sinfonías

Portada de la Quinta sinfonía
En 1808, Ludwig Van compone la colosal Quinta Sinfonía (Op. 67). Esta sinfonía en Do menor destaca principalmente por la construcción de los cuatro movimientos basados en cuatro notas (tres corcheas y una negra), las cuales abren la obra y retornan una y otra vez dando a la sinfonía una extraordinaria unidad. Para el músico significaban "la llamada del destino". El II movimiento es un hermoso tema con variaciones. El III movimiento, Scherzo, comienza misteriosamente y prosigue salvajemente en los metales con una forma derivada de la "llamada del destino"; un pasaje tejido por los pizzicati de las cuerdas se encadena sin pausa con el triunfal IV movimiento, Allegro. La Coda es memorable. Los románticos admiraron mucho esta obra y las tres corcheas con una negra del inicio (¿quién no las ha escuchado?) son quizá la firma más personal de Beethoven.
Simultáneamente compuso la Sexta Sinfonía en fa mayor, conocida como Pastoral (Op. 68). Es difícil imaginar dos obras tan distintas: toda la fuerza y violencia de la Quinta se convierten en dulzura y lirismo en la Sexta, cuyos movimientos evocan escenas campestres. Es el mayor tributo dado por Beethoven a una de sus grandes fuentes de inspiración: la Naturaleza. Es también su única sinfonía en 5 movimientos (todos con subtítulos: Escena junto al arroyo, Animada reunión de campesinos, Himno de los Pastores, etc.), tres de ellos encadenados (es decir, que Beethoven elimina las habituales pausas entre segmentos sinfónicos). Como nota curiosa señalemos que Walt Disney ilustró esta obra en uno de los números de su película Fantasía. Para los puristas fue un sacrilegio añadir imágenes a la música beethoveniana.





Séptima y Octava sinfonías
La Séptima Sinfonía en La mayor (Op. 92) aparece en 1813; el sordo maestro se empecinó en dirigirla en su estreno, con tragicómicos resultados. Pero la crítica reconoció una nueva genialidad de Beethoven; aún hoy hay expertos que la consideran como la mejor de sus sinfonías. Richard Wagner, otro ferviente beethoveniano, calificaría a la Séptima como la “apoteosis de la danza” por su implacable ritmo dancístico y notable lirismo, particularmente hondo en su célebre segundo movimiento. Es una obra de gran potencia. Al año siguiente, 1814, Beethoven concluye la Octava Sinfonía en Fa mayor (Op. 93), cuya brevedad (poco más de 20 minutos) no eclipsa la compleja elaboración que a esta altura había dejado patente. Es su sinfonía más alegre y desenfadada. Alguno la ha llamado: "la Octava de Beethoven... y la última de Haydn". La Octava parece un grato adiós al mundo clásico.




Novena sinfonía "Coral"
En 1824, por último, Beethoven se consagra con su Novena Sinfonía “Coral” (Op. 125). Su orquestación y duración es superior a la de la Heroica. Su deslumbrante final incluye el uso de la voz humana, con 4 solistas y coro mixto que cantan en alemán los versos de Friedrich von Schiller: Alegría, hermosa chispa divina,/ hija del Eliseo,/ ebrios de entusiasmo entramos,/ ¡oh diosa! a tu santuario... Esta obra, mundialmente famosa y objeto de un sinfín de arreglos y versiones, ha sido declarada recientemente Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. El último movimiento de esta sinfonía fue adoptado en 1972 por el Consejo de Europa como su himno y en 1985 fue adoptado por los jefes de Estado y de Gobierno europeos como himno oficial de la Unión Europea.




Décima sinfonía
Si hemos de creer a su amigo Karl Holz, Beethoven, cuando falleció, se encontraba trabajando en una décima sinfonía, de la cual llegó a tocar ante él unos compases al piano. El fragmento, escribe, constaba de una introducción en Mi bemol seguida por un contundente Allegro en Do menor. Partiendo de esa escueta descripción, el musicólogo británico Barry Cooper indagó en los últimos esbozos de Beethoven. Habiendo dado con unos doscientos compases que, a tenor de su conocimiento del artista -Cooper es especialista en Beethoven y ha escrito varios libros sobre él- le pareció legítimo asignar a la hipotética sinfonía, pergeñó, al precio de algunas repeticiones, un primer movimiento que fue interpretado y grabado por la London Symphony Orchestra. Aun cuando Cooper se guardó bien de pretender que su obra fuera un fiel reflejo de las intenciones de Beethoven -él mismo precisa que el resultado se asemeja más, sospechosamente, a las obras de su época intermedia-, su iniciativa suscitó un escándalo considerable, y la existencia de una décima sinfonía de Beethoven, siquiera en estado larvario, sigue siendo, por lo menos, polémica. Recientemente ha sido tema de una novela de intriga, La décima sinfonía, de Joseph Gelinek.



Oberturas
Las 10 oberturas de Beethoven son piezas cortas que, posteriormente, serían ampliadas y trabajadas para su incorporación en obras mayores. En el fondo es música compuesta para musicalizar ballets (Las criaturas de Prometeo) y obras de teatro: Coriolano de Shakespeare, Egmont de Goethe, etc. Se trata de composiciones cerradas y uniformes que expresan emociones e ideas llenas de heroísmo. El tema de la libertad está muy presente en este apartado de la producción del músico de Bonn. Por ejemplo, la obertura “Coriolano” (Op. 62) ilustra musicalmente el drama homónimo de Shakespeare basado en el héroe que tiene que escoger entre la libertad de conciencia y su lealtad a las leyes romanas;, “Leonora Nº 3” (Op. 72a), por su parte, es la mejor de las cuatro oberturas escritas para la ópera “Fidelio”. De idéntica valía son “Las Criaturas de Prometeo” (Op. 43) y “Egmont” (Op. 84), siendo esta última un buen ejemplo de la típica composición “beethoveniana”, que se puede definir como “música vigorosa que empieza de forma fragmentaria, cobra un componente épico a medida que avanza y finaliza en apoteosis”.

Conciertos
Cada concierto de Beethoven es distinto, y en ello radica gran parte de su encanto y atractivo para los intérpretes y público. Beethoven desarrolla una escritura pianística de gran virtuosismo (recordemos que él mismo fue un gran virtuoso en su juventud). Quizá el más famoso sea el Concierto para piano no. 5 “Emperador”, de 1809, en donde el virtuosismo y el sinfonismo se combinan a la perfección. Es una composición épica ("sinfonía con piano" la han llamado algunos) que tiene un originalísimo arranque y soberbias cadencias. El origen del sobrenombre del Concierto Nº 5 (Emperador) se debe a que durante una de sus interpretaciones más tempranas, un soldado francés que se encontraba en el público, maravillado por el virtuosismo del concierto, se habría levantado gritando "es el emperador", en alusión a Napoleón.
El Primer y Segundo Conciertos para piano destacan por su concepción alegre, mientras que el Concierto para piano Nº 3, de 1801, de tono serio, es de una amplitud y calidad incomparables. Por su parte, el Concierto para piano nº 4 , Op. 58, de 1808, apuesta por la profundidad lírica y ha sido considerado, por Emil Ludwig, como el "mejor concierto para solo instrumento jamás compuesto". En cuanto a los conciertos en los que participan más instrumentos, hay que señalar el Concierto para violín y el Triple Concierto para violín, violonchelo, piano y orquesta, en donde Beethoven sustituye el sinfonismo por un entretenimiento muy del gusto de la época, dado a resonancias algo exóticas: Rondó alla polacca es su rítmico tercer movimiento.
Beethoven también compuso una Fantasía para piano, orquesta y coro, Op. 80, que se trata sin duda de una de las obras más asombrosas del repertorio de la música clásica, siendo una triple fantasía: comienza el piano solo, se le une la orquesta y, cerca del final, hace su entrada el coro —un esquema similar al de la Novena Sinfonía—.
El único Concierto para violín, Op. 61 (que cuenta además con una transcripción para piano, obra del mismo Beethoven, Op.61b, que cuenta con unas sonoridades y riqueza extraordinarias) fue en su tiempo una obra controvertida que atrajo poca atención en su estreno, con el violinista Franz Clement en la parte solista. Fue solo en 1850, de la mano del violinista Joseph Joachim, amigo de Brahms, que el Concierto alcanzó notoriedad. La explicación de esta demora en imponerse es lo complejo de su interpretación, que hizo que pocos violinistas se atreviesen a tocarlo por años, argumentando que la participación del violín a la par con la orquesta les restaba protagonismo, lo que se unía a la fuerte exigencia de Beethoven. Hoy por hoy es una de las obras cumbre del repertorio violinístico, consideradas como los hitos que señalan la madurez que requiere un violinista para hacer carrera internacional. Dentro de esta categoría de obras para violín y orquesta deben incluirse además dos breves Romanzas para violín y orquesta.

Sonatas para piano

Sonata para piano Op. 106, Hammerklavier
Sus 32 sonatas conforman el ciclo más extenso, complejo y difícil de la historia del pianismo universal.[cita requerida] En ellas se manifiesta la personalidad revolucionaria y de transición de Beethoven, y el compositor se sitúa como el más destacado de la forma sonata del periodo comprendido entre Clasicismo y Romanticismo. Fiel a la forma sonata, el gran maestro se permite más de una innovación: sonata de dos (Op. 111), cuatro (Op. 109) o cinco movimientos, temas con variaciones, fugas, scherzos, etc.
Estas sonatas presentan nuevas sonoridades, audaces experimentos, y queda encerrado el mundo interior del compositor y también el recién llegado lenguaje expresivo de la revolución romántica. En la temprana Patética, en la tempestuosa Appassionata, en la brusca y laberíntica Hammerklavier, en las últimas sonatas Op. 110 y 111, el compositor llega a las fronteras de la exposición pianística, que serán alcanzadas en el op.120. Beethoven fue uno de los compositores que más exigió a los constructores de piano a mejorar la sonoridad y resistencia de los pianofortes decimonónicos.
El inadecuado entrenamiento que tuvo Beethoven en sus primeros años de estudios musicales se refleja en las tres sonatas para piano escritas en 1783. El piano súbito, los repentinos arranques, las figuras de arpegios (ejecutadas a altas velocidades en varias octavas de forma ascendente o descendente) conocidas como los "cohetes de Mannheim", son características de la personalidad musical y sentimental de Beethoven. Él es el primero en usar el acorde de novena sin preparar, y que se puede observar en el primer movimiento de su sonata op. 27 N° 2 "Claro de Luna", dedicada a otro de los grandes amores de su vida, la Condesa Giulietta Guicciardi.
Las sonatas para piano de Beethoven transportaron la música a un nuevo orden. En las del op. 2, se advierte un aliento y un dominio estructural que rompían con la elegancia dieciochesca. Después de 1800, Beethoven empezó a desarrollar el género con proyecciones románticas. La Sonata op. 22, en Si bemol mayor, es la última sonata del primer período de composición, la cual Beethoven declaró como su sonata preferida. La op. 26 en La bemol, Hammerklavier (la primera que compuso desde el comienzo del nuevo siglo), se abre con un tema lento con variaciones, sigue con un scherzo temerario y vertiginoso, una marcha fúnebre "a la muerte de un héroe" y concluye en un final que es un torbellino. A ésta le siguieron las dos sonatas Quasi una fantasía op. 27 (a la segunda se la suele llamar Claro de Luna) que formalmente son cualquier cosa, menos convencionales. Los siguientes hitos de su composición pianística coincidieron con la gran crisis que le produjo el agravamiento de su sordera. La brillante Waldstein (el apellido del conde dedicatorio, más conocida por Aurora en los países hispanófonos) y la arrolladora Appasionata fueron de concepción tan revolucionaria, que hasta el propio Beethoven se abstuvo de escribir para piano solo, durante algunos años. Pero la cima de su pianismo son las cuatro últimas de las treinta y dos sonatas, desde la Op. 106, Hammerklavier —que es frecuentemente referida como "sinfónica", por sus cuatro movimientos y—, hasta la op. 111 en Do menor, la tonalidad de la que se valía para su música "Sturm und Drang", como por ejemplo, su Quinta Sinfonía. Las sonatas exigían un virtuosismo pianístico sin precedentes hasta entonces y eran prácticamente intocables en la época. Liszt fue quien demostró que era "tocable".

Sonatas para piano y violín
Destacan también las diez sonatas para violín y piano, en especial la Nº 9, Kreutzer, Op. 47, conocida por las exigencias que presenta para la parte del violín. Está dedicada a Rodolphe Kreutzer, conocido violinista de la época. Así mismo, la sonata Nº 5, conocida como Frühling (Primavera) y la Nº 10 gozan de gran popularidad.

Ópera y música vocal
El genio de Beethoven se centró sobre todo en la música orquestal, compaginándola con la música de cámara y para piano. También intentó desarrollar obras vocales, aunque con suerte muy diversa. Por ejemplo, su única ópera escrita, “Fidelio”, revisada desde 1805 hasta 1814, fue un fracaso el día de su estreno. El genial músico tuvo que esperar hasta la primavera de 1814 (23 de mayo) para ser aclamado entusiásticamente por un público enfervorizado. La nueva versión representaba para el público más que la recreación de los principios del Iluminismo, como fue su primer objetivo en 1805, la celebración de las victorias sobre Napoleón y como una alegoría de la liberación de Europa. Fue entonces cuando, ruborizado ante tales muestras de apoyo y cariño del público, escribió en su libro de conversaciones: "Es evidente que uno compone más bellamente cuando lo hace para el gran público." Se trataba, sin duda, del mismo compositor que había gritado al editor, tras el desastre de su primer Fidelio: "No compongo para la galería, que se vayan todos al infierno", nueve años antes.
Lo cierto es que Beethoven no mostraría particular interés en escribir óperas. Un proyecto largamente conversado con Goethe para transformar en ópera el Fausto no llegaría jamás a concretarse por razones desconocidas hasta hoy. Sin embargo, algunos autores, basados principalmente en anotaciones del propio Beethoven, han descrito algunas de sus sinfonías como "óperas encubiertas"; tal carácter ha sido asignado tanto a la "Sexta Sinfonía" como a la "Tercera Sinfonía".
La celebrada Missa solemnis, escrita en 1818, su segunda obra para la iglesia católica, es un canto de fe a Dios y a la naturaleza del hombre. Es una de sus obras más famosas, compuesta por encargo de su alumno, el archiduque Rodolfo, nombrado en esa época arzobispo de Olomouc.
La Missa solemnis provocó no pocos problemas a Beethoven. La obra fue estrenada parcialmente junto con la Novena sinfonía. La versión definitiva sólo sería conocida por completo después de su muerte.
Otras obras corales de Beethoven son la Fantasía para piano, coro y orquesta (Op. 80), la Misa en Do mayor, Latina, (Op. 86), así como numerosos lieder, arias, coros y cánones, un ciclo de melodías, una cantata y el oratorio Cristo en el monte de los Olivos, en 1803, así como el famoso Presto de la Novena sinfonía.

Cuartetos de cuerda



Portada del Cuarteto Op. 130, Nº 13
Hablar del ciclo de los 17 cuartetos de cuerda beethovenianos, es hablar posiblemente del ciclo camerístico más trascendente de la historia musical. Hay algunos críticos musicales que incluso opinan que este género desarrollado por Beethoven es más representativo que el de las sonatas para piano y el de las sinfonías. Ciertamente, Beethoven murió componiendo cuartetos... (eterno perfeccionista, los seguía revisando en el lecho de muerte).
En los cuartetos hallamos, una vez más, el desarrollo de Beethoven a través de sus "tres estilos": los primeros cuartetos, fieles a Haydn, el segundo período dominado por los llamados "Cuartetos Rusos", compuestos por encargo del aristócrata Razumovski; pero los más significativos son los seis finales, compuestos entre 1824 y 1827, es decir, correspondientes a la última etapa, la algunas veces llamada "esotérica". La importancia del género en Beethoven rebasa los límites del Romanticismo, al grado de que sus últimas obras son una genial anticipación estilística y técnica que habrá de influir en Dmitri Shostakovich, Bela Bartók y en la Segunda Escuela de Viena de inicios del siglo XX; los cuartetos nos muestran al Beethoven más profundo y original. Es obligado un estudio a fondo de dicho ciclo para comprender al Beethoven más revolucionario.

Cuartetos del primer período
El op. 18 constituye el primer esfuerzo importante de Beethoven en este complejo género musical y engloba 6 obras dedicadas a su maestro, Joseph Haydn: Aunque evidentemente aquí encontramos todavía evidencias de los trabajos anteriores de Mozart y Haydn, ya hay un deseo de mostrar la originalidad que se verá plasmada en sus trabajos posteriores, como el movimiento final del cuarteto no. 6 en Si bemol Mayor, “La malinconia”, el cual es una introducción lenta que casi rebasa los limites tonales para luego dar paso al rondo concluyente.

Cuartetos del período intermedio
En el periodo medio ya contemplamos a un Beethoven maduro, plenamente consciente de su poderío como creador y artista, pero sumido en la lucha contra la sordera.
La primera parte de este período medio se constituye con el poderoso opus 59 "Razumovski", constituido por tres cuartetos. Varios críticos musicales han tratado de ver un ciclo en este grupo de piezas dedicadas al conde Razumovski, el cual le proporcionó a Beethoven acceso a diversas melodías rusas como motivo de inspiración, aunque esto no condujo a una influencia definitiva. Hay varios motivos para creer que el punto de vista cíclico es cercano a la realidad, tomando en cuenta que el primer movimiento del primer cuarteto es una especie de síntesis de la forma sonata y que justamente el último del tercero es una compleja fuga, la cual tiene bastantes elementos de herencia con respecto al movimiento final de la Sinfonía Júpiter de Mozart, aunque el desarrollo estilístico del cuarteto está, como es natural, mucho más desarrollado que el de dicha sinfonía.

Cuartetos tardíos

Sello postal de la República Federal Alemana conmemorando 200 años de su natalicio
Los últimos cuartetos y la Grosse fugue (Grosse fugue) trascienden el romanticismo; son considerados, por muchos, como el verdadero legado musical de Beethoven por su complejidad melódica, armónica y de ejecución. En la época de su estreno no fueron bien recibidos, pero cuando le comentaron al compositor que la Grosse fugue había causado el rechazo general, éste respondió "No importa, no la compuse para ellos, sino para el futuro". Sin embargo, Beethoven consintió a quitarla del cuarteto Op. 130, del que inicialmente formaba parte (ahora la pieza lleva por número de opus el 133) y compuso un nuevo final para este cuarteto.
Llaman especialmente la atención el Allegro del cuarteto Nº 12 y la Canzona di ringraziamento, del Nº 13, que Beethoven compuso después de una convalecencia que casi le costó la vida, a modo de himno, como dice su nombre, de "agradecimiento".
Hasta el día de hoy, la Grosse fugue es raramente interpretada, por la dificultad que entraña tanto para los músicos como para los oyentes.
Sin embargo, los cuartetos tardíos ejercieron una enorme influencia en las generaciones posteriores de músicos, al punto que el ciclo de los seis cuartetos de Béla Bartók es considerado, a menudo, como un gran tributo a la obra tardía beethoveniana. Hoy son profundamente valorados como parte del repertorio de las más complejas y grandiosas obras musicales jamás compuestas.

Maestros e Influencias

Algunos de los maestros de música de Ludwig van Beethoven
Hasta el gran Beethoven tuvo por fuerza que estudiar música alguna vez… Se supone que su instrucción comenzó muy tempranamente, alrededor de su tercer año, tal vez inclusive pudo recibir alguna enseñanza de su abuelo, que murió para esa época. Entonces, su primer maestro fue seguramente su padre Johann, que según los relatos que se conservan, fue bastante brusco con el niño. Hay reportes que indican que a veces, lo hacia levantarse en el medio de la noche, - cuando volvía de la taberna - y lo obligaba a practicar hasta la salida del sol. Es maravilloso, como el niño pudo encontrar consuelo y alegría en la música misma, pese a este triste comienzo. Pronto los conocimientos de Johann fueron pocos y fue necesario proseguir la instrucción del joven genio con otros maestros. Algunos fueron bastante conocidos:
Franz RIES (1755-1846)
Ries fue el maestro de violín del joven Beethoven en Bonn. Se dice que no tuvo gran éxito con su alumno, ya que Ludwig no tocaba bien el instrumento, pese que evidentemente lo conocía muy bien, si tenemos en cuenta, la excelencia de sus composiciones para las cuerdas.
Su hijo, Ferdinand (1784-1838) fue alumno de Beethoven en Viena, y también lo ayudó como asistente hasta que dejo Viena en 1805.
Christian Gottlob NEEFE (1748-1798)
Este compositor fue el primer maestro importante de Beethoven, y uno que dejo gran influencia en el niño. No solo musicalmente sino también ideológicamente, y en sus ideas acerca del arte, la política y la vida. Fue maestro de órgano y composición principalmente. Es difícil saber con exactitud cuando comenzó esta instrucción. Neefe llegó a Bonn en 1779, y pronto el niño estaba ayudándolo en la dirección de la orquesta de la corte. El maestro, tuvo claro el genio de Beethoven desde el principio y en 1783 escribió en la “Revista de la Música”: “…si el joven continua de de esta forma llegara sin duda a ser otro Mozart…Beethoven siempre reconoció cuanto le debía a Neefe.
Franz Joseph HAYDN (1732-1809)
El entonces ya famoso compositor, fue el primer maestro de composición que Beethoven tuvo en Viena. En realidad el segundo viaje de Ludwig a Viena fue con el objetivo de tomar clases con Haydn. Sus clases se extendieron aproximadamente desde 1792, hasta 1794 cuando Haydn retornó a Londres.
La relación entre ambos fue siempre difícil y tuvo sus momentos álgidos. Beethoven era un joven con ideas firmes desde el comienzo, y Haydn era ya mayor, y la originalidad de Ludwig era demasiada para él. Aparte era un momento personal de Haydn en el que se encontraba componiendo obras importantes para el, como para darle a su talentoso alumno demasiada atención. De cualquier modo, “Papa Haydn” y Beethoven siguieron conectados por largo tiempo.
Johann Baptist SCHENK (1753-1836)
Hay registros de que mientras Beethoven aprendía con Haydn, buscó ayuda adicional con Schenk. Este compositor operístico vienés, era versado en contrapunto, y según Thayer y la propia autobiografía del músico, daba lecciones a Beethoven, básicamente corrigiendo los ejercicios que Haydn habría corregido deficientemente. Se supone que la relación fue durante 1794.
Johann Georg ALBRECHTSBERGER (1736-1809)
Albrechtsberger, era en aquel momento la autoridad absoluta en materia de teoría y enseñanza de contrapunto.
Beethoven siempre tenia claro lo que necesitaba aprender para proseguir su camino dentro de la música. Así es que entonces el joven sabía e iba en busca del conocimiento que necesitaba donde tuviera que hallarlo. El aprendizaje con Albrechtsberger se desarrolló entre 1794 y 1795. En parte de este tiempo, Beethoven también se encontraba aprendiendo con Haydn y Schenk a la vez.
Antonio SALIERI (1750-1825)
Como notábamos arriba, cuando Beethoven necesitó instrucción sobre opera, canto, prosodia italiana, e inclusive algo de idioma italiano, busco al mejor Maestro posible que hubiera disponible. Beethoven estudió con Salieri, desde 1800 hasta 1802. No hubo mucho contacto entre ellos, pese a lo cual, Beethoven siempre lo respetó y muchos años después, dejó en la casa de Salieri, una tarjeta de visita con las conmovedoras palabras: “el alumno Beethoven estuvo aquí!”

Fuente:http://www.lvbeethoven.com/

Biografia







Ludwig van Beethoven fue bautizado el 17 de Diciembre de 1770, en Bonn. Su familia era originaria de Brabante, en Bélgica. Su abuelo era el director de capilla de la corte y su padre era cantor y músico en la corte de Bonn, con una persistente inclinación hacia la bebida. Su madre ha sido siempre descripta como una mujer dulce, modesta y pensativa. Beethoven hablaba de ella llamándola su "mejor amiga". La familia Beethoven tuvo siete hijos, pero solo tres varones sobrevivieron, de los cuales Ludwig fue el mayor.
Muy pronto, Ludwig mostró interés hacia la música, y su padre Johann lo instruyó en los fundamentos del sublime arte, noche y día, cuando volvía a su casa de los ensayos o de la taberna. No había ninguna duda de que el niño manifestaba el don de la música, y su padre pensó entonces en poder lograr un "niño prodigio", un nuevo Mozart.
El 26 de Marzo de 1778, a la edad de 7 años, Beethoven hizo su primera actuación en público en Colonia. Su padre anunció que tenía 6 años, para hacerlo ver como más precoz. Por esto, Beethoven siempre pensó que era más joven de lo que era en realidad. Inclusive mucho mas tarde, cuando recibió una copia de su certificado de bautismo, el pensó que pertenecía a su hermano Ludwig Maria, que había nacido dos años antes que el, y que había muerto a los pocos días de nacido.
De cualquier modo, los talentos musicales y pedagógicos de Johann eran limitados y hubo que buscar otros instructores. Ludwig aprendía rápidamente, especialmente órgano y composición guiado por músicos experimentados como Gottlob Neefe. Neefe fue muy importante para la instrucción de Beethoven. Reconoció el nivel excepcional del genio de Beethoven inmediatamente. Fue una influencia grande para el joven ya que tanto como transmitirle conocimientos musicales, el hizo conocer al joven Beethoven las obras de los mas importantes pensadores, antiguos y contemporáneos.
En 1782, a la edad de 11 años, Beethoven publicó su primera composición: "9 Variaciones sobre una Marcha de Erns Christoph Dressler" (WoO 63). Mas tarde en 1783, Neefe escribió en la "Revista de Música", acerca de su talentoso alumno: "Si continua de esta manera, será sin duda, el nuevo Mozart"
En Junio de 1784, por recomendación de Neefe, Ludwig es contratado como músico en la corte de Maximilian Franz, Elector de Colonia. Este puesto le permitió frecuentar la música de los viejos maestros en la orquesta. También esto le permitió la entrada en nuevos círculos sociales. En estos conoció gente que iba a convertirse en amigos por el resto de su vida. La familia Ries, los von Breuning con la encantadora Eleonora, Karl Amenda, el violinista; también a Franz Gerhard Wegeler, un doctor y muy querido amigo de Beethoven que también viajo luego a Viena, etc. En la casa de los von Breuning, el joven Beethoven conoció a los clásicos y a aprendió a amar la poesía y la literatura.
El Príncipe Maximilian Franz estaba conciente del talento de Beethoven, y por lo mismo, en 1787 lo envió a Viena a estudiar con Mozart y proseguir su educación. Viena era entonces el faro cultural y musical de Europa.
En relación al encuentro entre Mozart y el joven Beethoven, solo existen textos de disputable autenticidad. De cualquier modo la leyenda dice que Mozart habría dicho: "Recuerden su nombre, ya que este joven hará hablar al mundo!"
Pero su madre enfermo gravemente, y en una carta su padre le pidió que regresara inmediatamente. Su madre, la única persona hasta entonces, con la que Ludwig había desarrollado una profunda relación de amor, murió finalmente de tuberculosis el 17 de Julio de 1787.
A partir de esto y poco a poco, Ludwig comenzó a reemplazar a su padre en el hogar. Primeramente en lo económico, ya que Johann, a partir de la muerte de su esposa, se fue deteriorando personalmente, entró en depresión y se hizo más y más dependiente del alcohol. De esta forma tanto su rol de padre, como su trabajo en la corte fueron mermando. El joven Beethoven entonces, se sintió que tenía que tomar la responsabilidad sobre sus dos hermanos menores sobrevivientes, un sentimiento que mantuvo por el resto de su vida, y que a veces llevó a cabo en exceso. Un sentimiento de responsabilidad por su familia, que en realidad, le dio más dolores que alegrías.
Cinco años más tarde, en 1792, Beethoven volvió a obtener del Príncipe Elector la posibilidad de proseguir su educación musical en Viena. Nunca volvió a su pueblo natal. La noche antes de partir, su amigo el conde Waldstein le escribió en su diario: "recibirás el espíritu de Mozart de las manos de Haydn…"
En Viena, el joven músico tomo lecciones de composición con Haydn, después contrapunto con Alberchtsberger, y lírica con Salieri. Pronto llamó la atención y deslumbró a Viena con su virtuosismo en el piano y sus famosas improvisaciones. En un par de años se convirtió en el músico de moda en la aristocrática y musical capital de los Haugsburg.
En 1794, Beethoven publica su Opus Nº 1, tres Tríos para Piano, violín y cello. El año siguiente pudo realizar su primer concierto público en Viena (una "Academia"), en la cual interpretó sus propias obras. Luego siguió una gira: Praga, Dresden, Leipzig y Berlín. Antes de eso un concierto en Budapest. Una enorme actividad para el joven Beethoven que estaba ya sintiéndose llamado a grandes cosas en la música.
Beethoven hizo numerosas relaciones en Viena. Todos en el mundo aristocrático musical de Viena admiraban al joven compositor. Estos amantes de la música se convirtieron rápidamente en sus leales mecenas y sostenedores. Cada tanto tenía una pelea con uno u otro de ellos, y a menudo hacia las paces honorablemente después. Su gran talento les hacia excusar tanto su comportamiento impulsivo, como sus reacciones que en otro caso hubieran sido juzgadas como excesivas. Su fuerte carácter y conciencia de su valor hicieron que pudiera conseguir para si, un respeto y valoración que no habían sido otorgados a nadie antes.
En 1800, Beethoven organizó un nuevo concierto en Viena, que esta vez incluyó la presentación de su Primera Sinfonía. Aunque hoy en día, nosotros podamos juzgar esta obra como mas clásica, y cercana las composiciones de Haydn y Mozart, en ese momento, el publico encontró esta obra extraña, demasiado extravagante y hasta audaz. Nuestro genial Beethoven aun siendo todavía un joven compositor, estaba ya empujando los limites de las posibilidades de la música. Su obra entera parece una lucha contra los limites de las posibilidades de expresión del arte.
Su actividad iba en aumento, y también tuvo alumnas entre las jóvenes aristócratas, muchas de ellas jóvenes y hermosas con las que estuvo intermitentemente enamorado.
En 1801, Beethoven confiesa a su amigo Wegeler, en Bonn, so preocupación acerca de su progresiva sordera. En Heiligenstadt, el año siguiente escribe el famoso texto en el cual expresa su desesperación y disgusto ante la injusticia de la vida: que el, un músico, pudiera volverse sordo era algo que el no podía concebir ni soportar. Inclusive contemplo la idea del suicidio, pero la música y su ya fuerte convicción de que había "algo" que el debía concretar en ese campo, hizo que siguiera adelante. En ese "Testamento" escribió que el sabia que todavía tenia mucha música por descubrir, explorar y concretar. Beethoven no se suicidó, más bien, sabiendo que su enfermedad se iba haciendo peor con el tiempo, se zambullo de lleno en el trabajo componiendo excepcionales sonatas para piano, (como la Opus 31, "La Tempestad"), la Segunda y Tercera Sinfonías, y por supuesto mucho más.
Beethoven escribió su Tercera Sinfonía en "memoria de un gran hombre", Bonaparte. El mismo era visto en ese momento como un liberador de su pueblo, y que desde la Revolución Francesa, estaba abriendo una puerta a la esperanza. Cuando el Primer Cónsul, se declaro a si mismo Emperador, Beethoven se enfureció, y borro violentamente el nombre de Napoleón de la primera página de la partitura. La "Eroica" se estrenó el 7 de Abril de 1805.
Entre 1804 y 1807 estuvo enamorado de la joven y bella Condesa Josephine Brusnwik viuda del Conde Deym. La condesa correspondía a su amor pero este no pudo realizarse por las rígidas restricciones sociales de la época y la estricta separación entre la nobleza y el vulgo. En esta etapa hay una correspondencia amorosa entre ambos. Esta relación termina alrededor de 1808, al no poder concretarse.
Mientras tanto Beethoven había finalmente terminado su opera, "Leonore". La única opera que el iba a componer. Escribió y re-escribió cuatro diferentes overturas. Finalmente el nombre de la Opera fue cambiado a Fidelio, en contra de los deseos del compositor. El 20 de Noviembre de 1805 fue la fecha de la primera representación…. en frente a una pobre concurrencia de publico en el que se encontraban muchos oficiales franceses. Napoleón y su ejercito habían entrado en Viena por primera vez en esa misma semana!
Esto volvió a ocurrir en 1809.
En los años siguientes, la actividad creadora del compositor se tornó intensa. Compuso muchas sinfonías, entre ellas las famosas Quinta, la Pastoral, la overtura Coriolano, inclusive la pequeña pieza para piano conocida como "Para Elisa".
El Archiduque Rodolfo, hermano del Emperador, fue alumno suyo en composición, y eventualmente se convirtió también en su mas grande benefactor.
En 1809, Beethoven se encontraba descontento de su situación en Viena, especialmente bajo el aspecto económico. Entonces se planteo la invitación de Jerome Bonaparte, para dejar Viena y radicarse en Holanda. Su vieja amiga la Condesa Anna Marie Erdödy, logró que se quedara en Viena con la ayuda de sus más ricos admiradores: El Archiduque Rodolfo; el Príncipe Lobkowitz y el Príncipe Kinsky. Estos aristócratas ofrecieron a Beethoven una pensión anual de 4.000 florines, permitiéndole de esta manera vivir sin ninguna clase de apremio económico. La única condition era que Beethoven no dejara Vienna. Beethoven aceptó. Esta pensión, hizo de él, el primer artista y compositor independiente de la historia. Antes de este contrato, los músicos y compositores (inclusive Bach, Mozart y Haydn), eran sirvientes en las casas de las ricas familias aristocráticas. Eran parte del personal domestico, sin mas derechos que los demás y con la adicional tarea de la composición y la interpretación de música cuando a los patrones les placía. Las condiciones del arreglo de Beethoven con sus benefactores, eran absolutamente excepcionales: el era libre de escribir lo que quería, cuando quería, y por pedido o no, según el lo prefiriera. Condiciones excepcionales para un músico que era además, un hombre de un carácter también excepcional.
En 1812, Beethoven se traslada a tomar cura de aguas a Tépliz, desde donde escribe su ardiente carta a su "Amada Inmortal". Esta carta que fue encontrada en un compartimiento secreto de su escritorio con el "Testamento de Heiligenstadt", ha provocado toda clase de teorías y suposiciones en los estudiosos y biógrafos desde entonces. Numerosas mujeres entre sus amigas, alumnas o relaciones, han sido propuestas por turnos como candidatas a destinatarias de esa hermosa y apasionada carta. Pero, pese a todo el esfuerzo de investigación, a no ser que algún nuevo documento sea descubierto (tal vez ubicado en este momento en alguna colección privada) es posible que la verdad acerca de esta misteriosa mujer continúe siendo un secreto. Evidentemente así lo quiso Beethoven.
A fines de Julio de 1812, Beethoven conoció a Wolfang von Goethe, encuentro organizado por Bettina Brentano. Los dos grandes artistas, se admiraron mutuamente pero no pudieron comprenderse. El compositor juzgó al poeta como demasiado servil con la aristocracia, y el poeta opinó que Beethoven era un ser "indomable". Pese a esto, la admiración de Beethoven hacia Goethe como poeta no disminuyó, al contrario, continuó poniendo música a muchos de sus poemas, y lo reverencio bajo ese aspecto hasta el final de su vida. Siempre lamentó no haber sido mejor comprendido por Goethe.
Entonces, uno de sus benefactores, el Príncipe Lobkowitz tuvo un quebranto económico, y el Príncipe Kinsky se mató en una caída de su caballo. Los herederos de Kinsky decidieron no pagar las obligaciones financieras que el Príncipe había contraído con Beethoven. Aquí recomienzan las dificultades del compositor para mantener su independencia económica.
Entonces el Checo Johann Nepomuk Maelzel se contactó con Beethoven. Talentoso inventor, e inventor del metrónomo, Maelzel ya había conocido a Beethoven y le había construido varios instrumentos para ayudarlo con sus dificultades auditivas: Cornetas acústicas, un sistema de escucha conectado al piano, etc. En 1813, Beethoven compuso "La Victoria de Wellington" un trabajo escrito para el instrumento mecánico construido por Maelzel, el "panharmonicon". Pero fue principalmente su trabajo en el metrónomo, que ayudó a la evolución de la música. Beethoven se entusiasmó tanto con el aparato que escribió cartas a editores recomendándolo y fundamentalmente, comenzó a hacer escrupulosamente las anotaciones de las marcas de metrónomo en sus partituras, de modo que su música pudiera ser interpretada precisamente como el lo había planeado.
La "Academia" de 1814, reagrupara este trabajo ("La Victoria de Wellington"), con las Séptima y Octava Sinfonías. Este era también el tiempo de re-escribir y reformar Leonore, como Fidelio, la única Opera de Beethoven. Esta vez, el trabajo se convirtió en un gran éxito frente al público. Un éxito también económicamente. Los conciertos que realizo en esta época fueron todos exitosos a ese nivel.
1814 fue también el año del Congreso de Viena, que reunió en la capital a todas las cabezas de estado que decidían el futuro de Europa después de la derrota de Napoleón. Todo Viena era una celebración. Este fue uno de los momentos de gloria de Beethoven. Se realizaron numerosos conciertos con su música como parte de las celebraciones, y fue invitado a tocar muchas veces, recibiendo admiración y reconocimiento de los cuales podía estar perfectamente orgulloso.
El 15 de Noviembre de 1815, muere Kasper Karl, el hermano menor del compositor. Al morir, deja una esposa, a la que Beethoven llama "La Reina de la Noche" -parafraseando la opera de Mozart, y debido a su débil moral, y un hijo de 9 años, Karl.
A partir de este momento la vida del compositor iba a cambiar dramáticamente. Su hermano había escrito que deseaba que la tutoría de Kart fuera ejercida conjuntamente por su mujer y su hermano Ludwig.
Para Beethoven, la responsabilidad tenia que ser tomada muy seriamente. Por una parte se negaba a compartir la crianza con una mujer de cuya moral tenia tantas dudas y por otra parte, como un soltero de casi 45 años que ya casi no podía oír, encontró muy difícil comprender a un niño con una infancia muy distinta de la suya propia, y que se transformo en un adolescente difícil, tironeado entre su madre y su tío. Todo esto fue la causa de un muy largo juicio entre la madre del niño y Beethoven, y el origen de sufrimiento, conflicto y numerosas preocupaciones para él.
El 1816, Carl Czerny (futuro maestro de Franz Liszt, y antiguo alumno de Beethoven) se tornó maestro de música de Karl, pero no encontró talento musical en el niño, cosa que Beethoven desilusiono a nuestro compositor. El hubiera deseado que el niño pudiera dedicarse al arte. Al mismo tiempo, se encontraba terminando su hermoso ciclo de canciones "A la Amada Lejana" y escribió el primer esbozo de un tema de la Novena Sinfonía.
Dos años más tarde, el Archiduque Rodolfo, fue nombrado Cardenal y Beethoven comenzó escribir para su encumbrado alumno, su enorme Misa en Re. La misa naturalmente no estuvo lista para la entronización, pero se transformó finalmente en una obra maestra de belleza y espiritualidad incomparable.
Gioachino Rossini, triunfaba en Viena en 1822, donde se encontró con Beethoven. La barrera del idioma y la sordera de Beethoven ocasionaron que solo pudieran intercambiar breves palabras. El compositor alemán apenas toleraba la opera italiana, -la encontraba poco seria, pero Rossini años después aun recordaba su encuentro con reverencia.
La Novena Sinfonía estaba prácticamente terminada en 1823, el mismo año que la Missa Solemnis. Liszt que tenía entonces 11 años, conoció a Beethoven, cuando el maestro (dicen algunos) concurrió a su concierto del 13 de Abril, y felicitó al niño. El joven virtuoso, años más tarde, transcribió todas las sinfonías de Beethoven para piano, y fue un gran interprete de su obra.
El 7 de Mayo de 1824 fue la fecha del estreno de la maravillosa Novena Sinfonía, y a pesar de las dificultades técnicas de la música y los problemas de la exigencia en las partes cantadas, fue un éxito rotundo. Lamentablemente este éxito no resulto en una ganancia financiera. Los problemas financieros continuaban preocupando mucho al compositor. Siempre tenía dinero que estaba ahorrando, pero este dinero no podía tocarse, ya que estaba ya destinado a su sobrino.
Entonces en medio de preocupaciones, enfermedad y disgustos, pero también de una serenidad espiritual excepcional, comienza el periodo de los Últimos Cuartetos, música tan excelsa y espiritual como ninguna otra. Estos cuartetos son todavía hoy difíciles para las audiencias contemporáneas, que puede comprender la mayoría del cuerpo de su obra. Comienza a escribir la Décima Sinfonía.
A fines de 1826, Beethoven se resfría seriamente volviendo de la propiedad de su hermano Johann, donde había pasado el verano y con el cual había peleado otra vez. La enfermedad se complica asociándose a problemas hepáticos serios de los que Beethoven había sufrido toda la vida. Finalmente después de una enfermedad dolorosa de tres meses Beethoven muere, rodeado de sus amigos, el 26 de Marzo de 1827, justo cuando una tormenta rompe sobre Viena.
Los servicios fúnebres fueron celebrados en la Iglesia de la Santa Trinidad, distante un par de cuadras del domicilio de Beethoven. Se estima que entre 10.000 y 30.000 personas concurrieron a sus exequias que fueron muy importantes. Franz Schubert, muy tímido y un gran admirador del compositor (que nunca se animó a acercársele) fue uno de los que cargaron el cajón, con otros músicos. Schubert murió el año siguiente y pidió ser enterrado al lado de Beethoven.
El actor Heinrich Anschütz leyó la oración fúnebre que fue escrita por el poeta Franz Grillparzer, a las puertas del Cementerio de Währing, (ahora Schubert Park).